Cómo manejar la rabia

"Necesito distinguir las cosas que me enojan de la vida,
para trabajarlas."


A mí me ha pasado: por algún motivo u otro, me he llenado de rabia. El enojo me envuelve y lo peor de todo es que no sé cómo sacarlo. Ando a ciegas.
No vale de nada que alguien me diga que sea sensato o que recobre la calma, que suelte el enojo y que no pasó nada; aunque puedo estar de acuerdo intelectualmente con quien me lo diga.
Siento que sí pasó o sí pasa algo en mi vida. El enojo me está dando un mensaje:
  • Les he dado demasiado poder a los demás
  • Se pisotearon mis límites
  • Me lastimaron de alguna manera
  • Se aprovecharon de mí.
  • He estado cumpliendo las expectativas de otras personas
  • No he reparado en mí y en mis necesidades.
  • Corro peligro de sufrir algún daño

La función del enojo es prepararme para luchar. Me llena de energía y fuerza para enfrentar una situación difícil, para defenderme o atacar, oponerme a algo y me ayuda a reafirmar mi propia identidad e integridad y a poner límites claros en mis relaciones.

Necesito estar enojado para ponerme bien. Sin embargo, no es sano que me concentre en mi enojo durante mucho tiempo; pero, ¿cómo manejarlo?

¿QUÉ HAY QUE HACER?
  • Apartarme del entorno y centrar, por unos momentos, mi atención en mí mismo, antes de que el enojo se haga más grande y explote.
  • Atenderme porque estoy enojado.
  • Aceptar mi responsabilidad en el trato que me doy a mí mismo y que me dan los demás.
  • Si estoy muy enojado, antes de hablar, contar hasta 10 o salirme del lugar; darme un tiempo para disminuir mi coraje.
  • Distanciarme físicamente de la situación o la persona.
  • Usar la lógica fría, porque la ira, incluso cuando es justificada, puede volverse rápidamente irracional.
  • Revisar mis factores desencadenantes, ¿qué es lo que me enoja? Identifico cuál es el problema para luego atenderlo.

PASOS SENCILLOS PARA SACAR EL ENOJO:
  • Respirar profundamente desde el diafragma.
  • Lentamente repito una palabra o frase tranquilizadora como "relájate", "tranquilo"  o "tómalo con calma." 
  • Reemplazo ideas que pueden volverse muy exageradas y demasiado dramáticas por pensamientos más razonables: "Ay, esto es horrible, se arruinó todo, por “es frustrante y es comprensible que esté disgustado, pero voy a solucionarlo. Algo haré."
  • Recurro a la imaginación; visualizo una experiencia relajante.
  • Me permito expresar mi enojo. Me desahogo con alguien de confianza.
  • Saco el enojo de mi cuerpo de una manera sana, de preferencia a solas para que no me sienta inhibido: grito; me sacudo el cuerpo; escribo lo que me enoja en una hoja y lo quemo, lo rayo o lo rompo después; golpeo una almohada en el sillón; tiro piedras en el parque, en un río, en un lago; le pego con un bate de plástico a una cama, etc.
  • Combino el esfuerzo mental y físico: hago una actividad física (correr o algún deporte) mientras tengo la intención mental de desechar el enojo.
  • Me doy un "tiempo fuera". Se vale.

OTROS TIPS:

  • No “hablo por hablar”, dejo que pase un tiempo para calmar mis pensamientos y mis sentimientos.
  • Cuido mi forma de pensar para no alimentar mi rabia y hacerla un círculo vicioso.
  • Analizo la situación desde el punto de vista de otra persona, como si le pasara a un amigo. ¿Qué le sugeriría yo que hiciera?
  • Evito hacer comentarios si no me ayudan a solucionar la situación que vivo.
  • Busco alternativas a lo que me está pasando. ¿Qué puedo hacer? Ver opciones.
  • Replanteo mi agenda, para organizarme o administrar mi tiempo en lo que me llene por dentro.
  • Hago alguna actividad que me "obligue" a pensar en otra cosa.
  • Establezco señales claras de respeto y no permito abuso alguno. Pongo límites y digo que “NO”, a lo que me lastima o daña. 
  • Elijo el momento oportuno para hablar las cosas, con la persona involucrada, cuando me sienta listo, de la manera más asertiva posible.
  • Llevo un diario.
  • Trabajo en el perdón a mí mismo y al otro, por no haberme dado cuenta antes o permitir lo que dejé pasar en el pasado.

¡CUIDADO AL SACAR MI ENOJO!
  • Al sacar mi rabia, tengo que tener cuidado de no lastimar al otro ni a mí en ese proceso:
  • No al humor cruel y sarcástico.
  • Evito: chantajes, amenazas, burlas, insultos y malas palabras.
  • No me desquito con otro.
  • No utilizo las palabras "nunca" o "siempre."
  • No mezclo un buen momento con uno malo. Uno malo no quita todo lo bueno que viví.
  • No saco a relucir múltiples situaciones del pasado, con una lista inmensa, que solo aumenta la tensión sin solucionar el problema.
  • No digo frases egoístas: "Regrésame lo que te regalé". “Sólo me interesa lo que me afecta.” “Eso no me toca”. “Me vale”. "Lo único que me importa es mi trabajo".
  • No digo cosas de las que me puedo arrepentir después como: “Ya no te quiero.”
Es muy importante que sepa identificar las causas que provocan mi enojo y no dejar que la rabia me controle a mí. Necesito estar atento. Detenerme antes de llegar al límite. A la primera señal, hago caso a mi cuerpo. Siento enojo, lo trabajo. 

Por: Lic. Alicia S. de Lamadrid
Desarrollo Humano, Tanatología y Coaching

Comentarios