Llegando a la cima

Alejandro Villarreal (IIS ’94), es un pionero en la incorporación de experiencias y aventura en el aprendizaje para el desarrollo humano y organizacional, ha dirigido programas de liderazgo en los que incorpora retos, dinámicas de alto impacto, aventura, desarrollo organizacional y muchas otras actividades desafiantes.

La trayectoria de Alex, tanto personal como profesional, es admirable. Su experiencia y capacidad de enfrentar retos con una actitud positiva lo ha llevado a apoyar a decenas de organizaciones como Tyson, IOS Offices y Cemex, y escalar las montañas más altas del Himalaya, como el Everest. Tuvimos la oportunidad de conocer un poco más acerca de él y su trayectoria, así como el éxito que ha alcanzado a lo largo de ésta.
Alex nos cuenta como inició Odisea, su actual proyecto profesional: “Odisea inició por sí sólo, simplemente emergió. Empezó de manera natural como respuesta a una búsqueda, a poder desarrollar un estilo de vida al que nunca se le acabara el reto y la diversión. Que lo que hiciéramos tuviera un sentido trascendental.”

Entre las herramientas que Odisea utiliza están Lego Serious play, TetraMap y Aprendizaje Experiencial, filosofías como Pensamiento Sistémico, Coaching Ontológico y  Sustentabilidad, así como metodologías de diálogo como Appreciative Inquiry, World Café y Open Space, que les han permitido evolucionar ofreciendo programas de vanguardia.

“Nuestra estrategia de aprendizaje implica movimiento, interacción, así como el poder de las historias, imágenes y metáforas”, nos comenta Alex sobre cómo ha logrado trascender con Odisea en un mercado tan competitivo.
Uno de sus principales logros personales que está muy relacionado con la creación de Odisea, fue el llegar a la cima del Monte Everest. Alex nos comenta lo que lo motivó a fijarse esa meta: “Desde que llegué a vivir a Monterrey cuando tenía 10 años las montañas llamaban mi atención. Sobre todo la Sierra Madre, lo que conocemos como la M, ver esa gran montaña levantarse como una muralla sin dejarnos ver lo que había atrás me cautivaba. La curiosidad fue creciendo hasta que con amigos de la UDEM intentamos llegar a la cumbre. No conocíamos las veredas y no pudimos llegar, sin embargo fue un día de mucha neblina, con mucho misticismo y quedé enganchado".

Prepararse para un reto de esa magnitud no es tarea fácil, Alex nos cuenta como lo logró: “Subiendo montañas, muchas. Escalé montañas por todo América, desde Alaska hasta Chile y Argentina, pasando por Washington, Oregon, California, México, Perú, Bolivia y Ecuador.”
Fueron ocho años de preparación, 15 expediciones internacionales previas, 70 días de viaje y 45 días en la montaña.

“No hay palabras para describir la emoción de los últimos pasos a la cumbre. Imagina ganar una medalla olímpica pero no hay estadio, no más personas, solo cielo y el horizonte.  Se consolidan años de trabajo y dedicación, pero al mismo tiempo no hay nada seguro. Falta bajar y regresar a casa. En la bajada suceden la mayoría de los accidentes”, nos dice Alex sobre la experiencia de llegar a la cima del Everest. 
La clave para haber alcanzado este logro para Alex es muy clara: “Insistir, insistir y nunca desistir. Me tomó mucho más tiempo del que pensé. El apoyo de toda mi familia y amigos pero en especial de mi esposa Lety.”

Después del Everest Alex cruzó Groenlandia esquiando de costa a costa en el 2003, y posteriormente del 2004 al 2008 realizó uno de los proyectos más interesantes de su vida aquí en la UDEM: la clase Experiencia Internacional de Liderazgo y Aventura, y gracias a ello pudo realizar expediciones de 15 días con alumnos a Ecuador, Perú, Alaska y Patagonia.
Alex se siente muy orgulloso de ser ExaUDEM: “Me ha tocado ver el crecimiento y desarrollo de la UDEM, he trabajado codo a codo en varios proyectos con diferentes áreas, tengo una comunidad de amigos ExaUDEM. Todo esto me hace sentir muy orgulloso. Como el concepto del Ser Humano como principio y fin, día a día se va haciendo parte de ti”.

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