Olvida la caja

Por: Gabriela García-Williams (BAHL '93 / LCIC '00)

Por años ya nos hemos referido al pensamiento creativo con el término “out of the box” o fuera de la caja… ¿qué tal que nos olvidáramos de la caja por completo y dejáramos que nuestra imaginación corriera libre como lo hacíamos cuando éramos niños?

De pronto puede que nos espante esa idea, la memoria de mundos fantásticos, amigos inseparables, tal vez uno o dos monstruillos llegan al pensamiento. Que días aquellos en que no conocíamos de censuras y las reglas no habían llegado todavía a nuestro proceso de pensamiento.

Nuestro ser adulto ha convencido a ese niño que vive en lo profundo de nuestro corazón que el mundo de los negocios ocupa ciertas reglas y parámetros para funcionar efectivamente y ser competitivo; y que una sociedad civil no puede funcionar sin ciertas reglas de civilidad.

Pero consideremos lo siguiente:

Si Dalí, Shakespeare o Beethoven hubieran sido tímidos con sus talentos, ¿estaríamos admirando su trabajo tanto tiempo después de que han partido de este mundo? Si los hermanos Wright hubieran tenido una onza de sentido y limitado su imaginación, ¿seriamos capaces de cruzar el mundo en unas cuantas horas?

Los sabios nos mantienen con los pies en la tierra, los cuidadosos nos mantienen fuera de peligro pero son los atrevidos que con sus almas locas e imaginación desbordada que hacen del nuestro un mejor y más colorido mundo.

Son los valientes que se atreven a dejar la seguridad de lo conocido y predecible por la incertidumbre de lo increíble quienes provocan cambios revolucionarios que terminan por convertirse en nuestra nueva realidad. ¿Quién ve televisión en blanco y negro fuera de los románticos incorregibles?

Guillermo González Camarena tuvo una idea y se aseguró de encontrar alguien que pusiera atención y ahora su sistema Tricolor ha evolucionado hasta convertirse en imágenes de alta resolución que saltan de la pantalla de televisión, que como coincidencia, ya no tiene la caja enorme que ante tenía.

Así que porque no hacemos como las televisiones y dejamos los bulbos lentos que vienen en la forma de tradiciones, lógica  y cultura y en cambio producimos imágenes más definidas, rápidas y brillantes.

No importa en qué industria trabajas o en qué compañía, el camino hacia el cambio que destruye fronteras está sólo a una idea loca de distancia y la osadía de una persona lo suficientemente valiente para construir el puente que nos conecte con la nueva realidad.

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